“Perdóname si no pedí permiso para utilizarte, si en mis noches sin sueño tome prestada tu existencia enredándola a la mía, si en los instantes sin locura busque refugio en el hueco robado de tus brazos, si recogí los minutos que tiraste sin vivir, si me quede con los momentos azul oscuro de tus madrugadas, si envenene mi boca con los besos que olvidaste.
Perdóname si te hice importante sin pedirte permiso, si fui libre para incluirte en mi camino de pasos mojados, si decidí ser tuya sin tener nada de ti, si como una sombra me pegue a tus movimientos, si entre en tus sueños por la puerta de atrás, si me mire en tus ojos como un espejo de agua, si me vestí de tus deshoras, si me desnude con tus suspiros.
Perdóname si no pedí permiso para sobornar mi cordura, si entrelace mi cintura a tu cadera, si me deslice en la cadencia de tu vaivén nostálgico, si puse a correr mi corazón vagabundo tras tu rastro, si deje de respirar el aire en que no estás, si me emborrache con tu sabor a mar, si aprendí a leer los renglones torcidos de tus pensamientos.
Perdóname si te di un nombre sin pedirte permiso, si construí un universo para rendirlo a tus pies, si navegue por las aguas de tu piel, si convertí imposibles en horizontes cercanos, si deshice improbables para dibujar tu sonrisa, si bordee el desastre para llegar hasta tu orilla, si me hundí sin remedio en tus palabras perdidas.
Perdóname si no pedí permiso para soñarte, para añorarte, para sentirte, para crearte, para olvidarte, para acariciarte, para recuperarte, para imaginarte, para evocarte, para comprenderte, para llorarte, para suspirarte, para recordarte, para tocarte, para intuirte,
para anhelarte, para adivinarte, para mirarte, para desearte.
Perdóname si vuela hasta ti este mensaje sin pedirte permiso".
Perdóname si te hice importante sin pedirte permiso, si fui libre para incluirte en mi camino de pasos mojados, si decidí ser tuya sin tener nada de ti, si como una sombra me pegue a tus movimientos, si entre en tus sueños por la puerta de atrás, si me mire en tus ojos como un espejo de agua, si me vestí de tus deshoras, si me desnude con tus suspiros.
Perdóname si no pedí permiso para sobornar mi cordura, si entrelace mi cintura a tu cadera, si me deslice en la cadencia de tu vaivén nostálgico, si puse a correr mi corazón vagabundo tras tu rastro, si deje de respirar el aire en que no estás, si me emborrache con tu sabor a mar, si aprendí a leer los renglones torcidos de tus pensamientos.
Perdóname si te di un nombre sin pedirte permiso, si construí un universo para rendirlo a tus pies, si navegue por las aguas de tu piel, si convertí imposibles en horizontes cercanos, si deshice improbables para dibujar tu sonrisa, si bordee el desastre para llegar hasta tu orilla, si me hundí sin remedio en tus palabras perdidas.
Perdóname si no pedí permiso para soñarte, para añorarte, para sentirte, para crearte, para olvidarte, para acariciarte, para recuperarte, para imaginarte, para evocarte, para comprenderte, para llorarte, para suspirarte, para recordarte, para tocarte, para intuirte,
para anhelarte, para adivinarte, para mirarte, para desearte.
Perdóname si vuela hasta ti este mensaje sin pedirte permiso".